Se define como la verificación racional de los registros contables y de la documentación, con el fin de determinar la exactitud e integridad de la contabilidad. La Auditoría Fiscal consiste en la investigación selectiva de las cuentas del balance, de las cuentas de resultados, de la documentación, registro y operaciones efectuadas por una empresa, tendientes a comprobar que las bases afectas a tributos se hayan determinado de acuerdo con las normas técnicas que regulas la contabilidad y cumpliendo con las disposiciones legales contenidas en el Código de Comercio, Código Orgánico Tributario, y demás leyes impositivas que corresponda aplicar.
La
auditoría ha sido conceptualizada tradicionalmente como una técnica
encaminada a suministrar una opinión acerca de la razonabilidad con
que los estados contables representan la situación económico
financiera de la empresa.
Objetivos
( general, específicos)
CLASIFICACIÓN
DE LA AUDITORÍA FISCAL
La
clasificación de la auditoría fiscal puede estar en función de la
persona que lleva a cabo la misma y de acuerdo con la independencia
de dicha persona y de los objetivos que persigue.
En
ese sentido, se distingue entre auditoría fiscal interna y externa
y, dentro de ésta, la auditoría realizada por la Administración
Tributaria o la realizada por auditores independientes, ya sea como
componente de la auditoría general de estados financieros o como
trabajo independiente con sentido propio.
Auditoría
fiscal interna
Las
personas encargadas de llevar a cabo esta labor pueden ser tanto
trabajadores de la empresa, integrados en un departamento de
auditoría interna,como profesionales externos contratados, en caso
la empresa no cuente con un departamento de auditoría interna.
2.
Auditoría fiscal externa
Pública:
Se refiere a la auditoría fiscal realizada por las administraciones
tributarias de cada país, la cual se considera que no es sustancial
mente diferente de otra clase de auditorías, aunque quizás su
resultado final pueda resultar más costoso.
Privada:
En ese sentido, la auditoría fiscal en el contexto del auditor
independiente-puede ser entendida de esta forma; como parte de una
auditoría de estados financieros. En este caso, el tener que dar una
opinión sobre la situación patrimonial y financiera de la empresa
en su conjunto implica que tal opinión se extienda a todas las áreas,
de forma que también incluya una opinión sobre la situación fiscal
de la entidad, en el sentido de cumplimiento de sus obligaciones
tributarias y su correcto registro.
Específica:
Es una auditoría limitada exclusivamente al ámbito tributario,
encaminada a fijarlas responsabilidades de la empresa ante el fisco y
efectuada en beneficio del cliente. En este caso el auditor se
limitará básicamente a la verificación de las declaraciones
tributarias, tarea que, por ejemplo para el impuesto sobre la
renta,exigirá prácticamente una auditoría completa.
NORMAS
DE AUDITORÍA
Normas
de auditoría son los requisitos mínimos de calidad relativos a la
personalidad del auditor, al trabajo que desempeña y la información
que rinde como resultado de este trabajo.
De
acuerdo con lo anterior, las normas de la auditoría se agrupan en:
Normas
personales
Se
refiere a las cualidades que el auditor debe tener para poder asumir,
dentro de las exigencias que el carácter profesional de la auditoría
impone, un trabajo de este tipo. Existen cualidades que el auditor
debe tener preadquiridas antes de poder asumir un trabajo profesional
de auditoría y cualidades que deben de mantener durante toda su vida
profesional.
Entrenamiento
y capacidad profesional: El trabajo de auditoría debe ser
desempeñado por personas que, teniendo titulo profesional legalmente
expedido y reconocido, tenga entrenamiento técnico adecuado y
capacidad profesional como auditores.
Independencia:
El auditor está obligado a mantener una independencia mental en
todos los asuntos relativos a su trabajo profesional.
Cuidado
o esmero profesional: El auditor esta obligado a ejercitar cuidado y
diligencia razonable en la realización de su examen y en la
preparación de su dictamen o informe.
El
trabajo de auditoría debe ser realizado por persona o personas que,
teniendo formación técnica adecuada, puedan demostrar experiencia y
capacidad profesional como auditores.
La
Octava Directiva de la UE establece que la formación profesional de
los auditores requiere el poseer un nivel universitario, seguido por
un curso de enseñanza especializada avanzada y pasar un examen de
competencia profesional. Personas con formación educativa diferente
a la universitaria pueden tener acceso al examen de competencia
profesional siempre que demuestren que tienen 15 años de experiencia
o bien 7 años, pero en este caso deberán pasar por una experiencia
práctica de 3 años con un auditor profesional.
Experiencia
profesional: la Octava Directiva exige una experiencia práctica de
tres años, dos de los cuales al cargo de otro auditor autorizado
para practicar la profesión, habiendo quedado igualmente establecido
en nuestra Ley de Auditoría.
Capacidad
profesional: la formación técnica es un fundamento indispensable de
la capacidad profesional; sin embargo, ésta última requiere una
madurez de juicio que no se logra simplemente con la formación
técnica.
El
auditor o auditores están obligados a mantener una posición de
independencia en su trabajo profesional con objeto de lograr
imparcialidad y objetividad en sus juicios.
Si
una auditoría ha de ser efectiva y digna de confianza debe ser
realizada por alguien que tenga la suficiente independencia con
respecto a las personas cuya labor está examinando, y por tanto
puede emitir una opinión totalmente objetiva.
El
auditor deberá evitar cualquier relación con su cliente que haga
dudar a un tercero de su independencia.
Cualidades
principales referentes a esta norma:
Ecuanimidad:
La actitud del auditor externo debe ser totalmente libre de
prejuicios. Debe colocarse en una posición imparcial respecto al
cliente, a sus directivos y accionistas.
Parentesco
y amistad: El auditor externo debe evaluar si por razones de
parentesco o amistad puede verse afectada su posición de
independencia.
Independencia
económica: El auditor externo no debe tener intereses comunes con su
cliente. No puede tener relación de dependencia ni ser directivo del
ente examinado, ni tampoco ser accionista, deudor, acreedor o garante
del mismo por importes significativos en relación al patrimonio de
la compañía o del suyo propio, que comprometan su libertad de
opinión.
En
la realización de su examen y preparación de su informe el auditor
deberá ejercer una adecuada responsabilidad profesional.
Esta
norma requiere que el auditor desempeñe su trabajo con el máximo de
atención, diligencia y cuidado que pueda esperarse de una persona
con sentido de la responsabilidad.
Exige
al auditor la obligación de cumplir con las normas relativas a la
realización del trabajo y preparación del informe y a cumplir con
los códigos de ética profesional establecidos por la profesión.
Normas
de ejecución del trabajo
El
trabajo de auditoría debe planificarse y ejecutarse adecuadamente y
en el caso de que existan ayudantes se les debe supervisar de forma
satisfactoria.
El
trabajo de auditoría exige una correcta planificación de los
métodos y procedimientos a aplicar así como de los papeles de
trabajo que servirán de fundamento a las conclusiones del examen. No
es posible, ni sería conveniente, que la totalidad del trabajo sea
realizado personalmente por el auditor. Existen labores rutinarias
que no requieren la capacidad profesional del auditor y que pueden
ser realizadas por ayudantes; por ejemplo, un arqueo de caja,
comprobación de operaciones matemáticas, etc. Sin embargo, esta
delegación de funciones en los ayudantes no libera al auditor de la
responsabilidad personal que tiene en todo el trabajo.
El
auditor deberá estudiar, comprobar y realizar el sistema de control
interno existente en la empresa para conocer dos aspectos
fundamentales:
La
confianza que le merece como medio de generar información fiable.
Determinar
el alcance, la naturaleza y el momento de aplicación de los
diferentes procedimientos de auditoría.
Las
condiciones de la empresa, su forma de operar, la manera de tramitar
interiormente los asuntos, las medidas que tiene para controlar la
exactitud de las operaciones y su pase a los libros y a los estados
financieros son circunstancias particulares de cada empresa que
modifican la naturaleza de las pruebas de auditoría que se van a
realizar y la extensión y oportunidad con que esas pruebas pueden
realizarse. De ahí que sea absolutamente necesario que el auditor,
para poder realizar un trabajo satisfactorio, deba tomar en cuenta
esas particularidades de la empresa cuyos estados financieros está
examinando.
Por
ello es necesario que el auditor estudie y evalúe el control interno
de la empresa cuyos estados financieros va a examinar. Este estudio
tiene por objeto conocer cómo es dicho control interno no solamente
en los planes de la dirección, sino en la ejecución real de las
operaciones cotidianas.
El
trabajo de auditoría requiere obtener, mediante la aplicación de
procedimientos de auditoría, elementos de juicio válidos y
suficientes, tanto en cantidad como en calidad, que permitan obtener
una opinión objetiva sobre los estados financieros.
Los
elementos de juicio para poder opinar deben ser objetivos y ciertos,
deben fundamentarse en la naturaleza de los hechos examinados,
habiéndose llegado al conocimiento de los mismos con una seguridad
razonable; el juicio definitivo sobre el trabajo de auditoría
consiste en decidir si el mismo ha suministrado al auditor material
suficiente para fundamentar su opinión profesional.
El
material o los elementos de juicio a los que nos referimos se llaman
evidencia comprobatoria, y debe ser suficiente en cantidad y calidad.
La evidencia es suficiente en cantidad cuando, por los resultados de
una sola prueba, o por la concurrencia de varias, el auditor puede
llegar a adquirir la certeza moral de que los hechos que se están
tratando de probar o los criterios cuya corrección se está juzgando
han quedado satisfactoriamente comprobados.
Existe
un grado de seguridad en el que se pueden afirmar hechos y cosas con
plena confianza de que no se está haciendo una declaración
arriesgada, aun cuando no se tenga la certeza absoluta de ellas. A
este grado de seguridad se le llama certeza moral. Ésta es la
certeza que el auditor debe lograr para que le sea posible dar su
opinión profesional de una manera objetiva y cumpliendo con los
deberes de su profesión.
La
calidad de la evidencia depende de las circunstancias en que se
obtiene.
La
evidencia que se obtiene de fuentes externas a la empresa proporciona
una confianza superior a la obtenida dentro de la empresa.
La
evidencia que surge de un sistema de control interno fiable es mayor
que la que resulta de un sistema de control deficiente.
El
conocimiento personal que el auditor obtiene de forma directa a
través de exámenes físicos, inspecciones, cálculos, etc., es más
persuasivo que la información que se obtiene de forma indirecta.
En
la realización del trabajo, el auditor siempre debe guiarse por los
criterios de importancia relativa y riesgo probable.
El
auditor debe enfocar su examen conforme a la importancia de las
diferentes partidas.
Por
otra parte, el auditor debe aplicar sus procedimientos según el
riesgo relativo de error que corre en cada uno de los grupos
sometidos a examen.
Al
tratar las normas personales, se señalo que el auditor esta obligado
a ejecutar su trabajo con cuidado y diligencia. Aun cuando es difícil
definir lo que en cada tarea puede representar un cuidado y
diligencia adecuados existen ciertos elementos que por su
importancia, deben ser cumplidos. Estos elementos básicos,
fundamentales en la ejecución de trabajo, que constituyen la
especificación particular, por lo menos al mínimo indispensable, de
la exigencia de cuidado y diligencia, son los que constituyen las
normas denominadas de ejecución del trabajo.
Planeamiento
y supervisión: El trabajo de auditoría debe ser planeado
adecuadamente y, si se usan ayudantes, estos deben ser supervisados
en forma apropiada.
Estudio
y evaluación del control interno: El auditor debe efectuar un
estudio y evaluación adecuados del control interno existente, que le
sirvan de base para determinar el grado de confianza que va a
depositar en él, asimismo, que le permita determinar la naturaleza,
extensión y oportunidad que va a dar los procedimientos de
auditoría.
Evidencia
suficiente y competente: Mediante sus procedimientos de auditoría,
el auditor debe obtener evidencia comprobatoria suficiente y
competente en el grado que requiera para suministrar una base
objetiva para su opinión.
Normas
de Información
El
resultado final del trabajo de un auditor es su dictamen o informe.
Mediante él pone en conocimiento de las personas interesadas los
resultados de su trabajo y la opinión que se ha formado a través de
su examen. Es en lo que va a reposar la confianza de los interesados
en los estados financieros para presentarle fe a las declaraciones
que en ellos aparecen sobre la situación financiera y los resultados
de operación de la empresa. Por último, es principalmente, a través
del informe, como el público y el cliente se dan cuenta del trabajo
del auditor y, en muchos casos, es la única parte, de dicho trabajo
que queda a su alcance.
Aplicación
de los principios de contabilidad generalmente aceptados
Consistencia
Revelación
suficiente
Opinión
del auditor
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